Pazos Kanki 

«En todas las Repúblicas se considera como sagrada la conciencia individual, en cuyo santuario no debe entrar la autoridad pública»

Pazos Kanki. 

Por Luis D. Salem

Vicente Pazos Kanki, padre del pensamiento liberal boliviano, nació el 30 de diciembre de 1779 en Ilabaya, no lejos de La Paz, actual capital de Bolivia. 

Hijo natural de Mercedes Pazos Kanki y Bartolomé Silva, de niño vinculó a su nombre el apellido paterno, olvidándolo un poco después, quizás por falta de amor a un hombre que no quiso protegerlo al amparo de un hogar debidamente constituido, o tal vez por un sincero amor a la raza a la cual pertenecía por línea materna. 

El amor a la raza materna se expresa ampliamente en el prólogo a su libro Memorias Histórico Políticas, de donde tomamos las siguientes frases: «Mi lenguaje será tosco e inculto como nuestras breñas; y como ellas tendrá el sello de la naturaleza, que es la sencillez e ingenuidad. Mi primer intento fue escribir en nuestro idioma nativo, pues que habiendo nacido entre vosotros, de una familia indígena, mamé la leche inocente de nuestras tallas y con ella aprendí el lenguaje en que nuestros antepasados se expresaban en el antiguo Imperio Peruano. Los acentos de este idioma original, tan sonoros para mí, no sean de latir en mis oídos, y como por un encanto, me parece que aún estoy escuchando los discursos patéticos a que frecuentemente asistí en mi primera edad, en el antiguo Cuzco, metrópoli de los Incas, adonde fui a aprender los rudimentos del saber europeo. Dificultades insuperables me hicieron abandonar este intento, y preferir el castellano, como el idioma general desde la Bahía de San Francisco hasta el Cabo de Hornos, idioma que se perpetuará en el Nuevo Mundo como una herencia y señal de la dominación de los peninsulares, de aquellos valientes y osados españoles que surcando mares, arrastrando peligros, atravesando desiertos y sufriendo todas las calamidades de climas que les eran desconocidos, plantaron allí su religión, lengua y costumbres»1. 

Volvamos a la infancia del maestro boliviano. Se dice que los primeros años de su existencia los pasó al servicio del cura párroco del lugar, donde, aprendiendo a decir misa, escuchó los primeros rudimentos del catolicismo y aprendió a leer. Sorprendido el párroco de la notable inteligencia de su monaguillo, hizo lo posible para que éste siguiese en el Seminario de la Paz, la carrera sacerdotal. Un poco después el joven  aimará pasó a la Universidad de Cuzco, donde, en horas libres y en forma clandestina, estudió algunas obras de pensamiento liberal que lo obligarían a tomar el camino de la insurrección, alejándose cada día más de la iglesia, hasta colgar los hábitos y contraer matrimonio. Él mismo lo dice en sus Memorias… «En el vigor de mi edad, exaltada mi imaginación con las lecturas de Rousseau, Voltaire, Mirabeuu y otros filósofos… me alisté entre los enemigos del gobierno español» (Op. Cit. p. 114). 

Ordenado sacerdote, doctorado en cánones y leyes, regresó a su patria. En la Universidad de Chuquisaca conoció a Mariano Moreno y Bernardo Monteagudo, jóvenes que un poco más tarde jugarían papel importante en la independencia de la hoy República Argentina. En Potosí escuchó de labios del licenciado Pedro Vicente Cañete de origen paraguayo, la siguiente frase que fue como una queja que se le clavó en el alma. «Si fuera permitido llegar a los pies del Rey y narrarle las miserias de los indios, y la falsa política en forzarlos a caminar a un trabajo que ni es ventajoso al progreso, ni provechoso al Estado, porque solo el trabajo libre es el que rinde utilidad, atravesaría desde luego el océano, aunque fuera con peligro cierto de mi vida”. “Éstas palabras, agrega Pazos Kanki, quedaron desde entonces grabadas en mi corazón, como que tenían en sí el sello de la filantropía y del amor a la justicia» (Op. Cit. p. 153). 

Formada su enciclopédica cultura de tendencia liberal, se encaminó a Buenos Aires, a donde llegó en 1810. La ciudad entraba en pasión por su causa emancipadora. El joven doctor boliviano tomó parte en la contienda, actuó en la redacción de la Gaceta y estableció amistad con Camilo Enríquez, clérigo chileno, notable cerebro de la naciente revolución hispanoamericana. En 1816 se reunió el Congreso de Tucumán, donde se presentó el proyecto de una Monarquía Incaica para los nuevos países. Pazos Kanki, al ver los peligros que este acuerdo traía para un gobierno republicano, atacó el proyecto con fuerza irresistible de lógica, de pruebas, de dialéctica, de pasión, de ironía, que hicieron enmudecer al campo contrario. 

Lo anterior atrajo sobre Kanki la enemistad de poderosos caudillos, defensores del Imperio Incaico, y el escritor boliviano salió rumbo al destierro. En Filadelfia, Estados Unidos, publicó Cartas sobre las Provincias Unidas del Río de la Plata, donde combate las ideas nacionalistas de Asunción y Montevideo, pide la unión y proclama la forma republicana de gobierno para la nueva nación. Desde Nueva York se dirigió a Londres, Inglaterra, donde recidió por largos años, siempre dedicado a su labor literaria, eminentemente republicana y liberal. 

Una vez alcanzada la independencia del Perú y organizada la República de Bolivia, Pazos Kanki pasó a ocupar el puesto de cónsul general de Bolivia en la Gran Bretaña. Un poco después publicó su obra: El Pacto y Ley Fundamental de la Confederación Perú-Boliviana, habiendo publicado antes: El Evangelio de Jesucristo, vertido del latín al español y al aimará (Londres 1829), y Memorias Histórico Políticas (Londres, 1834). 

Su ideario

La obra maestra de Pazos Kanki, es sin duda alguna, Memorias Histórico Políticas. Es una obra escrita cuando su autor había pasado los cincuenta años de vida consagrada al estudio, y enriquecida por la experiencia de luchas políticas, duras batallas periodísticas y numerosos viajes por América y Europa. Es, pues, una obra de madurez, y por lo tanto de firme raciocinio y profundo pensamiento. A leer detenidamente esta obra (nosotros lo hemos hecho repetidas veces) se puede ver fácilmente, en magnífica síntesis, los puntos sobresalientes en el pensamiento del inmortal escritor boliviano. Expondremos estos puntos en la siguiente forma, citando, en vía de prueba, algunas afirmaciones tomadas de la misma obra: 

1.  Su amor hacia los humildes, especialmente a las gentes de su raza. En este sentido Pazos Kanki hace suyas, subrayándolas con la sangre de su corazón, las frases de Pedro Vicente Cañete, donde expresa el deseo de «llegar a los pies del Rey y narrarle los sufrimientos de los indios» (Op. Cit. p. 114), de los indios de raza aimará, sometidos en aquellos días a la más deprimente esclavitud, como si fuesen bestias de carga.

2.  La libertad de empresas, como fuente de trabajo gozoso y desarrollo normal de la economía individual o colectiva.

3.  Un descubrimiento sin conquista. Al narrar la historia del descubrimiento de América, protesta ante la barbarie de los conquistadores, por despojar a los indios de sus posiciones físicas, morales y espirituales, por medio de la fuerza bruta. Pazos Kanki afirma que habría sido más noble para España haberse acercado a los indígenas con el evangelio del amor, sacarles de la ignorancia, uncirlos al carro de la cultura europea, sin violentarlos en forma alguna. Quizás este sistema hubiera demorado menos tiempo que la ruda conquista, toda llena de sangre, robos, incendios y otros crímenes.

4.  Independencia sin violencia. Pazos Kanki se lamenta que España, ajena a su destino histórico, se hubiera opuesto a los anhelos de independencia que tenían sus colonias. Al contrario ha debido reconocerla, declararlas independientes y unirlas como coronas brillantes y soberanas al vasto reino de la hispanidad. En otras palabras, Portugal hizo esto con el inmenso Brasil en 1822, e Inglaterra lo hace ahora al declarar ella misma la independencia de sus colonias en África, Asia y América.

5.  Reclama un gobierno republicano que se convierta en creador de empresas, que en vez de alimentar burocracias, abra fuentes de trabajo para todos los asociados; donde se pueda conseguir pan, seguridad, libertad y progreso.

6.  Pazos Kanki fue un apóstol sincero de los ideales panamericanos de su ilustre contemporáneo, don Simón Bolívar. Abogó por la unificación de las tierras del Río de la Plata en una sola nación, escribió el Pacto de la Confederación Perú- Boliviana y, seguramente que vio con muy buenos ojos la formación de la Gran Colombia y de la Federación Centroamericana. 

El ideario anterior fue defendido por Pazos Kanki con toda la energía y caballerosidad de un cristiano que solo quiere el bien de la humanidad. Su estilo llano, limpio, alejado de palabras torpes para sus adversarios, gallardo y fino en el ataque. En cierta ocasión, afirmó: «Mi pluma no está cortada, no, con el cuchillo de la sátira, ni mi tinta es la hiel de un resentimiento de amargura...» Op. Cit. p. 162). 

Examen de la Revolución

Terminada la larga y cruenta guerra de independencia sudamericana, el maestro, aún en Londres, empieza el análisis de los resultados de esta contienda y se pregunta: «¿Cuál es el primer bien que produjo la revolución en las Américas?» Y responde: «Hacer brillar la luz sobre este abismo, y levantar al ente degradado, llamado colono, a la dignidad de ser pensador, capaz de conocer su miseria y buscar el remedio de ella en sus propios talentos…» (Op. Cit. p. p. 140-141), anotando un poco más tarde que al resurgimiento de nuevas repúblicas en América, surgió una época de educación de las masas con la organización de escuelas (muchas de ellas de tipo lancasteriano, universidades y otros centros de cultura) y como una tercera cosecha vinieron la libertad de imprenta, credo, elección, etc. Oigamos sobre este particular los párrafos en que el escritor boliviano hace de estas victorias ganadas para la cultura mediante la guerra de independencia: «La libertad de imprenta, el juicio por jurados en las causas que nacen de su abuso, la abolición de la esclavitud, la prohibición absoluta del tráfico de negros, la seguridad y garantía de las propiedades de los extranjeros, el ejercicio y libre y público de su religión, los varios establecimientos de educación, arreglados conforme a los mejores modelos de la Europa ilustrada...» (Op. Cit. p. p. 142-146). 

Junto a las anotadas ganancias de la emancipación, en párrafos posteriores, Pazos Kanki, se extiende un poco más sobre tan importante tema: Oídlo: «La revolución empero no solo ha causado la erección de Estados independientes, sino que ha operado una revolución general de las ideas, en el modo de pensar, en las necesidades y hábitos de todos sus habitantes. Sin entrar en las ventajas que trae de suyo el comercio con las naciones opulentas por aumentar la riqueza territorial, y de que hay testimonios irrefragables en los datos estadísticos que en Londres se publican anualmente, échase la vista sobre los progresos que hace la inteligencia del hombre en cada uno de los nuevos Estados. El caudal de capacidad administrativa de sus respectivos cuerpos representativos es el regulador de este progreso, mientras que los mensajes del Poder Ejecutivo son los índices del adelanto anual en cada República; las cuales parecen émulos en sus esfuerzos para aventajarse. Venezuela sanciona la ley de libertad de cultos; Buenos Aires admite por un tratado solemne el ejercicio libre y público de la Religión Protestante; la República de Centroamérica adopta la misma política, y en todas las otras Repúblicas se considera como sagrada la conciencia individual, en cuyo santuario no debe entrar la autoridad pública, pues que toda persona es responsable de su creencia al Supremo Creador...» (Op. Cit. p. 169). 

Pensamiento religioso

Como hemos dicho, Pazos Kanki inició sus estudios en la casa cural de su pueblo natal; fue el párroco de esa localidad, su primer maestro. Un poco más tarde ingresó al Seminario de La Paz y se ordenó sacerdote. En la Universidad de Cuzco estudió hasta doctorarse en derecho canónico. Queda probado que la cultura básica de Pazos Kanki fue profunda y sinceramente religiosa. 

No obstante lo anterior, la curiosidad intelectual del futuro maestro buscó otras fuentes para enriquecer su rica imaginación en las obras de Rousseau, Voltaire y otros enciclopedistas franceses. Se unió en íntima amistad con Moreno, Monteagudo y otros próceres de la independencia argentina. Todos ellos de marcadas tendencias hacia la filosofía francesa de su época. Pazos Kanki marchó a Londres donde, parece, conoció la fe evangélica, dejó los hábitos y contrajo matrimonio. Un poco después se gozó grandemente al ver como Venezuela y Argentina concedieron la libertad de cultos y en ella «el ejercicio libre y público de la religión protestante» (Op. Cit. p. 159). 

¿Se convirtió Pazos Kanki al protestantismo? Difícil probarlo, sin embargo, el hecho de haber dejado el sacerdocio y la celebración de su matrimonio revelan ampliamente que rompió con Roma. Posiblemente su matrimonio con mujer inglesa fue celebrado en alguna iglesia evangélica del imperio. El caso de Pazos Kanki no es único en la historia. En los días en que el ilustre escritor recidió en Londres, el doctor José María Blanco White, antes canónigo de Sevilla, que una vez convertido del protestantismo, fue canónigo de Westminster, dirigía en Londres un periódico intitulado El Español, sincero abogado de la emancipación americana. En El Español colaboraron las mejores plumas hispanoamericanas, exponiendo su pensamiento liberal. Creemos, aunque no podemos comprobarlo lejos de los archivos, que  Pazos Kanki haya sido habitual colaborador del periódico de Blanco White. Don Andrés Bello, ilustre escritor venezolano, fue colaborador de El Español y seguramente amigo de Pazos Kanki. ¿Por qué no, siendo los dos latinoamericanos, escritores notables y amigos de la independencia? 2 

Otro hecho notable que revela las inquietudes religiosas de Pazos Kanki, hecho que lo vincula con la filosofía protestante, fue la publicación del «Evangelio de Jesucristo según San Lucas, traducido de latín al español y aimará». Esta publicación, según los biógrafos de Pazos Kanki, se hizo en Londres el año de 1829. ¿Por qué una traducción a lengua popular en una época en que prácticamente la Iglesia de Roma prohibía tales hechos? Para mí, sinceramente, esto me dice que Pazos Kanki, durante su permanencia en Londres, se unió a la Iglesia Evangélica, y que quiso confesar esa fe a las gentes de su raza. Por eso su traducción y edición del Evangelio según San Lucas a lengua aimará. 

¿Quien patrocinó la versión y publicación del Evangelio según San Lucas a lengua aimará? No tenemos datos seguros, pero creemos que esta obra fue adelantada por el doctor Pazos Kanki, por arreglo especial hecho entre el prócer boliviano y la Sociedad Bíblica de Londres. Es casi seguro que esta versión fue una de las proyectadas por Diego Thomson, de lo cual nos habla en una de sus cartas: «La traducción del Nuevo Testamento a la lengua peruana se terminó hace unos dos meses. El Evangelio de Lucas ha sido revisado y corregido cuidadosamente por cuatro personas, uno de los cuales es un clérigo, otra un profesor de teología en uno de los colegios de la ciudad, y las otras dos son doctores. Estas cuatro personas, junto con el señor que hizo la traducción, revisaron este Evangelio, versículo por versículo, con sumo cuidado. La presente versión, por lo tanto, es la obra de cinco personas conjuntamente, y espero que se pueda tener confianza en ella»3. 

Posiblemente la versión de referencia es la correspondiente a la lengua quechua (antiguo idioma del Perú). Por este estilo, es casi seguro que se haya realizado la versión al aimará, hecha por el doctor Pazos Kanki. 

1.      Pazos Kanki, Vicente. Memorias Histórico Políticas. Editorial Artística, la Paz, Bolivia, 1939, p. 39.

2.      Canal Restrepo Carlos. Nariño Periodista. Editorial Kelly, Bogotá, 1960, p. 129.

3.      Thomson Diego, Cartas. Archivos de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera. Londres. 

Tomado de El Dios Escondido de los Libertadores por Luis D. Salem, Casa Unida de Publicaciones, México, D. F., 1970.


Tal vez también te interese leer:

El Dios Escondido de José Artigas   (Conoce la fe de este libertador de la República Oriental del Uruguay)

Don Miguel Hidalgo y Costilla   (Conoce más de cerca a este héroe de México)

Martí   (El Dios Escondido de los Libertadores)

Francisco de Miranda   (El Dios Escondido de los Libertadores)

Pedro Güal   (El Dios Escondido de los Libertadores)

Juan Pablo Duarte   (Conoce al libertador de República dominicana)

Juárez   (Conoce los detalles de la vida del Benemérito de las Américas)

Simón Bolívar   (El Dios Escondido de los Libertadores)

Francisco Morazán   (El Dios Escondido de los Libertadores)

Antonio Nariño   (El Dios Escondido de los Libertadores)

José Gervasio Artigas (1764-1850)   (El Dios Escondido de los Libertadores)

San Martín  (El Dios Escondido de los Libertadores)

Bernando O’Higgins   (El Dios Escondido de los Libertadores)

Anterior
Anterior

El maratón contra el pecado 

Siguiente
Siguiente

Libre para hablar