Su palma en mi hombro 

Foto por Diana Gómez

¡¿ESTÁS ORGULLOSO DE MÍ, PAPÁ?! 

Por José del Rivero

Estoy sentado en la banca de un parque cerca de mi casa, y una pregunta me taladra la cabeza. Sólo miro al horizonte sin ningún objetivo específico. El vacío se contempla mejor cuando la incertidumbre te rodea por todos los flancos. 

Algunas personas pasan cerca de donde estoy. No les doy importancia. De repente, escucho unas pisadas que me parecen familiares, y sin voltear, veo de reojo la sombra de alguien. Se sienta a mi lado, pone su mano en mi hombro y me dice: 

—¿En qué piensas? 

Reconozco su forma de hablar y mi boca empieza a moverse sin poderla controlar, y digo: 

—Pues, este año ha sido el peor de mi vida. Para empezar, fue el último año de la pandemia, un tiempo de mucha confusión para todos en el mundo, en donde no sabíamos qué hacer. Además, apenas comenzando el año, mi hijo de dos años, se accidentó gravemente. Fueron días en los que no sabía si mi bebé volvería a ser el mismo o si terminaría con alguna discapacidad. Gracias a Dios, no fue así. 

—Qué buena noticia.

—Pero mientras él se recuperaba en el hospital, las autoridades nos quisieron quitar a nuestro hijo. Pasamos meses interminables de ir y venir con abogados, a juzgados y pelear por su custodia. Por fin ya estamos bien.

—Qué bueno que ganaron.

—Sí, pero para colmo, a mi esposa le detectaron cáncer, de esos que no son comunes, uno muy agresivo y rápido. Ya está sana, pero existía la posibilidad de… ya sabes. 

—Sí, creo que tengo un poco de experiencia con ese tipo de enfermedades.

Sonrió un poquito, porque sé que su humor es muy parecido al mío. Quiero cambiar el tema, pero no puedo. Ya llegué hasta aquí y quiero sacarlo todo. 

—Mi mamá ya no está con nosotros. Empezó a decaer desde hace dos años, pero el último fue muy pesado para ella y para todos los que la queríamos.

—Lo sé, me lo contó todo. También, que dijo cosas que no debía y que está arrepentida.

—No hay problema. Después de todo lo que sufrió me da gusto que ya esté feliz, de nuevo contigo y con el Señor. En fin, ya todo este remolino llegó a su fin y hace unos meses me decidí a hacer lo que siempre había querido y soñado; comencé un nuevo trabajo donde estoy muy bien.

—Pues muy feliz, no te veo.

—Es que, tengo una duda que no me deja: ¿Crees que hice bien? 

—No creo que esa sea la pregunta.

—Bueno, con todo lo que me pasó, ¿me comporté como debe hacerlo un hombre en mi situación? 

Con una voz más grave me confronta:  —Esa tampoco es la pregunta.

—Ok, ¿crees que tuve lo necesario? 

—Esa no es la pregunta —y siento que se empieza a enojar—. No tengo todo el día. ¿La vas a decir o no? 

Un grito visceral sale de mis entrañas y toma forma en una frase:

—¡¿ESTÁS ORGULLOSO DE MÍ, PAPÁ?! 

Un silencio incómodo se cierne en el aire y él se levanta:

—Todo lo que te pueda decir, no creo que te llene, así que te pondré un ejemplo. Cuando estás con tu hijo, sus logros te enorgullecen, ¿no? Pero también te llena de satisfacción el verlo intentar, aunque fracase. Así también fue cuando estuve contigo, y lo estaría ahora. Mi generación no acostumbraba demostrar sus emociones, y menos entre varones, pero cuando amas a alguien, te enorgullece, no importa si al intentarlo fracasa o triunfa. 

—Gracias papá.

Volteo a verlo y no hay nadie. Sé que todo esto pasó en mi imaginación, pero una pequeña sonrisa se dibuja en mi rostro y aun así, puedo sentir la palmada en mi hombro que alguna vez me dio. 


Tal vez también te interese leer:

Frío o caliente, nunca tibio   (Descubre una comparación útil)

¿Por qué a mí?  (Enfrentando el dolor)

Cuatro horas de incertidumbre (Del dolor a la confianza)

Perdí mi trabajo   (Un testimonio de la fidelidad de Dios)

Creer a medias   (Quería ganarme a Dios y le tenía temor)

Todos podemos nacer dos veces  (Un testimonio de vida y transformación)

Lo que sea por un segundo de paz contigo   (Una búsqueda sincera)

Una espera que fortalece  (¿Cómo puede suceder esto?)

Anterior
Anterior

Disciplinas espirituales para hoy. Parte 1

Siguiente
Siguiente

5 recomendaciones para mejorar la memoria