Las 16 lecciones más importantes de mi vida

Foto por Andrea Hernández

Toma nota y aplícalas

Por Dick Towner (a los 80 años)

Una gran parte del «éxito» es simplemente hacer lo que dices que vas a hacer. Parece que eso sólo debería darte un «aprobado», pero como muchos no cumplen, si lo haces obtienes un «sobresaliente».

La mejor pregunta es: «¿Es lo más sabio?». La pregunta clave no es: ¿Está bien? ¿Es legal? ¿Lo hace todo el mundo? ¿Se pasa de la raya? ¿Es inmoral? La pregunta clave es si es o no lo más sabio. Todas las decisiones tienen consecuencias.

Sé intencional. Piensa por adelantado, ten rutinas que te recuerden quién eres y a quién perteneces. Para mí, mi esposa Sibyl es un modelo de intencionalidad.

Los planes de la mente son del hombre, pero Dios dirige nuestros pasos. Sé intencional y ten planes pero no te aferres a ellos porque Dios puede tener otras cosas en mente. Escucha sus palabras (Proverbios 19:21).

Crecemos y aprendemos más de los momentos difíciles. Por el contrario, cuando todo va bien, tendemos a perder el contacto con Dios y a olvidar de dónde vienen todas las cosas buenas.

No temas. El nacimiento de Cristo fue acompañado de múltiples exclamaciones de «¡No temas!», y Jesús lo repitió en muchas de sus enseñanzas. Sin embargo, muchas cosas en nuestro mundo actual fomentan, incluso promueven, el miedo. La muerte ha perdido su aguijón, Dios proveerá lo que necesitamos, y crecemos y aprendemos de los tiempos difíciles. Así que, ¡¿qué hay que temer?!

Tómate tiempo para reflexionar. Dedica tiempo para estar quieto y escuchar la voz de Dios. Repasa el día y evalúa lo que has hecho, lo que has dejado de hacer, las interacciones con los demás, lo más destacado o lo menos destacado. En el proceso, uno adquiere grandes conocimientos.

Ser es más importante que hacer: Somos seres humanos, no «hacedores humanos». Lo que hacemos surge de lo que somos. Primero ser, luego hacer.

Las personas importan más que las cosas. Ojalá esas palabras hablen por sí solas.

Deja un lugar mejor de lo que lo encontraste, ya sea un baño, el parque de la ciudad, tu lugar de trabajo o el mundo. Tú también serás mejor por ello.

Sé generoso: La generosidad brinda libertad, genera una alegría única y es la intención de Dios para nosotros. Ten presente que la respuesta correcta a la pregunta: «¿Cómo conseguiste lo que tienes?» es: «¡Es un regalo!» (véase Deuteronomio 8:17-18).

Hay un cúmulo de cosas positivas durante un largo período de tiempo. Ya sean unos pocos dólares, unas calorías de más o un poco de horas perdidas, con el tiempo todo suma. Lo mismo ocurre con las cosas positivas.

Las necesidades sencillas producen deseos igualmente sencillos. ¿Cómo podríamos simplificar tanto nuestras necesidades como nuestros deseos en un mundo cada vez más consumista?

La creación y la Biblia tienen mucho qué decirnos sobre el Creador. Una maravillosa interacción con la creación es la jardinería, que es ser copartícipe con Dios.

Tu presente será tu pasado e influirá en tu futuro.  El momento más importante es el ahora, el único tiempo sobre el que tenemos control, pero influye tanto en el pasado como en el futuro.

Confía en el Señor y haz el bien. Tal vez, si tuviera que resumirlo todo en una frase, esas palabras lo harían. Y Jesús proclamó que hacer el «bien» es amar como Él ama (Salmo 37) .


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