Sin encender

Foto por Sergio Mendoza

¿Somos la luz del mundo?

Por Javier Campos

Hace años me regalaron unos chocolates que venían en lo que parecía ser un botecito lechero, el cual tenía perforaciones en forma de una flor de nochebuena.

Creí que podría utilizarlo para poner flores y ramitas secas para que oliera la oficina, o como maceta. Pero después pensé ¿cómo se vería con una luz dentro? 

La verdad pasó mucho tiempo antes de que me decidiera a probarlo y en cuanto lo hice, descubrí que la luz saliendo del bote literalmente lo embellecía de tal modo, que me dolió no haberlo hecho antes.

¿Te imaginas cómo nos veríamos si permitiéramos que la luz de Cristo brillara a través de nuestros corazones? ¿No crees que a Dios le gustaría vernos resplandecer en medio de este mundo lleno de tinieblas? 

Él declaró «Ustedes son la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder... Así alumbre su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras, y glorifiquen a su Padre que está en los cielos» (Mateo 5:14-16).

Dios está esperando a que como el Señor Jesucristo, le digamos a este mundo: «Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo» (Juan 9:5).  


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