En casa durante la pandemia

Foto por Diana Gómez

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Ideas y consejos para fortalecer las relaciones matrimoniales y familiares.

Por Luis Felipe Cetina Quijano

Ya cumplimos un año encerrados por la pandemia desatada por el Covid-19 y aunque ha iniciado el programa de vacunación en diversos países, aún tomará bastante tiempo para que la población quede protegida y se regularicen las actividades en los hogares, escuelas y empresas.

La «ventaja» inicial de trabajar desde casa y evitar las horas perdidas en el tránsito hacia el trabajo, escuela o negocio se ha pulverizado con los horarios que se siguen extendiendo y absorben nuestro tiempo y energía. Caemos en actividades repetitivas que se convierten en hábitos.

Frente al encierro masivo y prolongado, tenemos una oportunidad de identificar, compartir y aplicar ideas para mejorar nuestras relaciones familiares. El secreto detrás de todo lo aquí descrito es evitar la monotonía y la rutina impuestas por los horarios de clases, trabajo, los deberes de la casa y hasta el entretenimiento. 

No hay excusas, no se requieren grandes cantidades de dinero o tiempo para romper la rutina. Muchas actividades no implican un gasto, sino creatividad y voluntad. A continuación algunos consejos e ideas:

1. Dar prioridad a Dios

No podemos iniciar ninguna actividad o plan sin involucrar a Dios. Iniciemos y terminemos el día poniendo ante Él todos nuestros sueños, planes y preocupaciones.

El buscar tener devocionales o momentos de oración y lectura bíblica con nuestra pareja e hijos será un buen comienzo contra la rutina. Dejemos que ellos sugieran y traten los temas que les inquietan, que ellos mismos busquen referencias en la Biblia y las expongan, eso genera nuevas oportunidades de conocer realmente a Dios.

Reservar tiempo para el servicio dominical es una tarea de toda la familia y debemos prepararnos para ello. Arreglarnos como si fuéramos a la iglesia, darle toda la formalidad para estar listos antes de que inicie la transmisión y prepararnos con todo fervor. Estos son los cimientos para amar y servir a la familia.

2. Tener una cita con nuestra esposa

Aunque pasamos todo el día juntos y parezca absurdo, es muy importante que cada semana tengamos una cita con nuestra esposa, ya sea dentro o fuera de casa, considerando los protocolos de seguridad y restricciones. 

Determinemos el día y la hora para que todos colaboren para que se respete y lleve a cabo. 

La pareja debe permanecer unida bajo este nuevo escenario. Este tiempo especial puede ayudar a superar la tensión, el estrés, los conflictos y el desgaste físico y emocional que ambos enfrentan.  

Una cita puede ser simplemente para platicar, escuchar música, bailar, cantar, tomar alguna clase, una taza de café, hacer ejercicio o salir a tomar un helado. También podemos preparar una botana o la cena para nuestra esposa. Es el tiempo de los dos. 

Eso nos permitirá romper la rutina y relajarnos. En consecuencia podremos escucharnos, darnos atención y resolver los grandes retos del día a día.

Si por alguna causa mayor no se puede hacer ese día, debemos programar inmediatamente la nueva fecha. 

3. Balancear el uso de la tecnología

La nueva realidad ha hecho que las actividades habituales como el trabajo, la escuela, el negocio; sean reemplazadas por el uso del internet. También nos han invadido y saturado con clases virtuales, videollamadas, series, películas, videojuegos, redes sociales y aplicaciones que nos absorben durante el día.

La solución no es aislarnos de la tecnología sino buscar un balance con ella. Aprovechemos las bondades de estas herramientas, para interactuar con familiares y amigos en otras partes de la ciudad, del país o del extranjero; el secreto es cuánto tiempo la empleamos y cuándo lo hacemos, para que sea de beneficio y bendición. 

4. Cambiar el lugar de las comidas

Algo que también nos ha funcionado como familia, es romper la rutina de desayunar, comer o cenar siempre en el mismo lugar, es decir en el comedor.

Dependiendo del tamaño de la vivienda podemos tener diferentes opciones para hacerlo: en el garaje, el patio, en un balcón, azotea o simplemente poner un mantel en el piso como en un día de campo.

La comida puede ser tan sencilla o compleja como se nos antoje. Aquí todos participamos, desde mover las sillas, colocar la mesa y platos e incluso prepararlos alimentos, generamos un ambiente de colaboración familiar en un entorno diferente.

No necesitamos esperar a que sea un cumpleaños o aniversario, puede ser el desayuno de mañana, la comida del viernes o la cena del domingo. Sí, hay pandemia y encierro, pero también nuevas formas de relacionarnos y convivir.

5. Jugar con nuestros hijos

Desde mi punto de vista, la pandemia ha sido uno de los retos más complejos para los padres  porque ¿cómo le hacemos para entretener a nuestros chicos y hacer que quemen sus energías si no pueden ir a la escuela a correr y jugar con sus amiguitos? ¿Cómo resolver el que no podemos salir libremente a los parques y jardines o a los restaurantes con juegos para niños?

El problema es mayor porque los padres ya no solo trabajan, surten la despensa, preparan los alimentos o lavan la ropa, sino que ahora son maestros de tiempo completo, lo que nos quita tiempo y descanso. A continuación, enlisto algunas sugerencias que pueden aplicarse de acuerdo a la edad:

  1. Evitar o minimizar el uso de las pantallas como su entretenimiento principal, porque ya pasan varias horas en un dispositivo para sus clases. Buscar actividades que los pongan en acción y los distraigan.

  2. Hacer competencias al menos 3 veces por semana con actividades físicas como brincar en un pie, carreras de obstáculos o saltar la cuerda. Es importante variar la estrategia para evitar que se aburran. 

  3. Subir y bajar las escaleras con cuidado y supervisión.

  4. Hacer ciertos tipos de calistenia (abrir y cerrar las manos, mover las piernas, rotar la cabeza). También podemos dar masaje en los hombros a todos en cadena y después girar e invertirlo. Hacer estiramientos, abdominales, lagartijas, levantar pesas levemente con botellas de agua o rellenas de arena, piedras o frijoles.

  5. Inventar un cuento o caricatura y actuarlo, hacer adivinanzas de cosas, frutas o animales o hacer caras o gestos graciosos.

  6. Enseñarles a jugar Matatena, Lotería o UNO, mímica, dominó, Turista, Catán, memorama, a las canicas, a los palillos chinos y a bailar con diferentes ritmos.

  7. Ayudar a preparar alguna receta especial para el desayuno, comida o cena o que lo hagan solos. Poner y recoger la mesa, antes y después de las comidas y lavar los trastes al final.

  8. Colaborar en el proceso de desinfección y lavado de frutas y verduras.

  9. En fin de semana, hacer un paseo al campo o a algún lugar  donde puedan andar en bicicleta, usar los patines y correr libremente.

  10. Acercarnos y brindar un espacio para que los hijos mayores hablen de otros temas (noviazgo, drogas, violencia o sexo) sin que sean juzgados o interrumpidos.

Para combatir la monotonía del encierro debemos ser intencionales y modificar con creatividad nuestras actividades diarias en entornos diferentes e intentar cosas nuevas. Brindar lo mejor a nuestra esposa e hijos refleja el amor de Cristo.


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