No heredes problemas

Sigue los consejos y prevé para el futuro

Por Jaime Rivera Prieto

Una lección importante de esta pandemia es nuestra cercanía con la muerte. La gran cantidad de fallecidos, enfermos y afectados, suele recordarnos la realidad de que no somos eternos. El fin de nuestra vida terrenal puede llegar en cualquier momento y somos pocos los que nos preparamos para nuestra partida.

Muchos hemos experimentado el duelo y dolor provocado por la muerte de un miembro de la familia. La verdad es que esos momentos se ven intensificados cuando la persona fallecida dejó asuntos legales sin arreglar. A la tragedia de la pérdida, se agregan reclamos económicos, tributarios y hasta de herencia.

Si bien vivimos una época en que muchos nos preparamos para la vejez a través de una buena alimentación, ejercicio y descanso diario, lo cierto es que también es importante prever para aliviar la carga de los que dejaremos aquí en el momento en que finalice nuestra existencia sobre la tierra. Aquí algunos consejos:

1)No heredes deudas.

Esforcémonos por buscar la manera de vivir sin deudas y créditos innecesarios. El consejo aquí es vivir sin deber a nadie. Asegurémonos de que nuestros créditos tengan una cláusula de cancelación de deuda en caso de fallecimiento y así liberemos de estos asuntos a nuestros seres queridos.

Es devastador que los acreedores se apoderen de lo que tenemos e incluso después de que hayamos fallecido, dejen a nuestros herederos sin el provecho de nuestro trabajo.

2) Seguro de vida.

Contratemos una póliza de vida como apoyo económico para nuestra familia. Puede hacer una gran diferencia para aminorar la carga financiera.

3 ) Gastos funerarios.

Es importante contratar un servicio funerario con anticipación. Siempre es mucho más económico que pagarlo cuando la persona fallece. Las empresas siempre tienen promociones.

4) Última voluntad.

Es aconsejable tener un testamento. En la mayoría de los países, es posible legalizar la última voluntad para determinar el destino de lo que poseemos y dejamos al morir. Normalmente no requiere una inversión muy elevada y evita discusiones que muchas veces terminan causando conflictos entre los herederos.

La experiencia dicta que aun los familiares más unidos, cuando se trata de distribuir la herencia, terminan distanciados y hasta en enormes pleitos, solo porque se despierta la ambición por los bienes del difunto.

5) Dar aviso.

Por último, recomiendo que una vez que realicemos estos trámites de créditos, pólizas y testamento, hagamos del conocimiento del familiar más cercano y de mayor confianza, al menos, dónde están los documentos y cómo proceder cuando ya no estemos aquí.

No tratemos estos temas desde la fatalidad, sino desde el orden de una persona madura, que desea dejar encauzados sus bienes y evitar disensiones a los familiares que tanto ama. Solo toma un poco de tiempo, un análisis consciente y un poco de asesoría dejar todo preparado. Seamos previsores y aligeremos así, la carga de nuestros seres queridos al morir.

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