La tiranía del alcohol

Foto por Cynthia Ramírez

En el continente americano, la ingesta de alcohol se asocia con más de 300 mil muertes al año 

Por Sally Isáis 

«Como era el hijo mayor, a mí me tocaba ir a buscar a mi papá a la cantina. Si tenía suerte, lo encontraba ahí. Pero muchas veces me topaba con él tirado en la calle, tan ebrio que tenía que cargarlo para llevarlo a casa. Siempre me embargaba un sentimiento de vergüenza, culpa y desesperanza», recordó con voz entrecortada, al revivir esos momentos suspendidos en el tiempo.

«El alcohol destruyó a mi padre y si no fuera porque Cristo Jesús me rescató, con seguridad yo también hubiera sucumbido como él. Toda la familia sufrió: mi madre y mis hermanos. A todos nos afectó», continuó con convicción. Aún recuerdo cómo la transparencia de esta declaración marcó mi vida. 

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el continente americano, la ingesta de alcohol se asocia con más de 300 mil muertes al año. En México, el 15 de noviembre se ha designado como el Día Nacional Contra el Uso Nocivo de Bebidas Alcohólicas. El consumo de alcohol en este país es de 4.4 litros por año con la singularidad de que el consumo es en grandes cantidades en periodos cortos, principalmente los fines de semana.

La droga del alcohol provoca dependencia y se considera uno de los principales factores de riesgo para discapacidad y muerte prematura. Se asocia con más de 200 enfermedades y lesiones. Además, según la OPS, su ingesta excesiva causa daños emocionales, sociales y mentales. 

Un artículo publicado en la revista Addiction del 12 de abril de 2021, cita datos de un estudio realizado por la OPS y la OMS (Organización Mundial de la Salud) en 30 países de la región.

Entre estos encontramos que:

·   La ingesta de alcohol per cápita en los países de América, es 25 % mayor al promedio mundial.

·   En promedio, 85,032 muertes (1.4 %) anuales se atribuyeron exclusivamente al consumo de bebidas alcohólicas. 

·   En su mayoría, estas muertes (64.9 %) correspondieron a personas menores de 60 años y se debieron principalmente a hepatopatías (63.9 %) y a trastornos neuropsiquiátricos (27.4 %), como la dependencia del alcohol.· Cerca de 80% de las muertes en las cuales el consumo de bebidas alcohólicas fue una «causa necesaria» ocurrieron en tres de los países más poblados: Estados Unidos (36.9 %), Brasil (24.8 %) y México (18.4 %).

Conductas violentas (principalmente en el seno familiar), enfermedades hepáticas, alteraciones neurológicas y cardiovasculares, intoxicaciones y trastornos alimenticios, mentales y de conducta, por solo nombrar algunas, están asociados al consumo excesivo del alcohol. Esto aunado a los accidentes y traumatismos causados por personas en estado de ebriedad.  

La pandemia del COVID 19, ha añadido otro factor al consumo de estas bebidas. Además del encierro y el aumento de horas de proximidad familiar (que puede ser benéfico o tóxico dependiendo de cada caso), ahora se puede pedir que «te lleven a tu casa» todas las bebidas sin restricción alguna. Ciertos datos sugieren que las personas que aumentaron su consumo de alcohol durante este tiempo, ya bebían en exceso antes de la pandemia.

El Financiero publicó un artículo en abril de 2021 que señala: «La emergencia sanitaria provocó un incremento de 41 por ciento en el consumo de cerveza, pues los mexicanos pasaron de tomar el equivalente a 130.7 latas per cápita durante los primeros cinco meses del año pasado a 183.9 latas en el mismo periodo de este año, es decir 53 latas adicionales en solo un año.  En comparación con el mismo periodo del 2019, previo a la pandemia, el alza fue de 7 por ciento, de acuerdo con datos del INEGI y un ejercicio elaborado por El Financiero».

Dijo el gran sabio Salomón: «El vino lleva al hombre a la desvergüenza, las bebidas embriagantes al escándalo; ¡el que está bajo sus efectos no puede ser sabio!» (Proverbios 20:1 NBV). El apóstol Pablo manda: «No se emborrachen con vino, porque eso les arruinará la vida. En cambio, sean llenos del Espíritu Santo» (Efesios 5:18 NTV). 

No caigamos en las trampas de las bebidas embriagantes. En cambio, busquemos ser llenos y controlados por el Espíritu Santo. Como aquel joven, rindámosle nuestro ser al Señor Jesucristo, Él sigue transformando vidas y dando esperanza a aquellos que luchan con esta y otras adicciones. 

NOTA:  Si conoces a alguien que necesita ayuda contra las adicciones, puedes contactar a: 

Reto a la juventud

Privada de Reforma #8, col. San Simon Ticumac, Portales, CDMX

Informes: 55 5539 4345

Centro de Ayuda al Alcohólico y a sus Familiares

República de Venezuela No. 72, Centro, Ciudad de México

Informes: 4160-2268 y 4169-2269

Directorio Nacional de Establecimientos Residenciales de Atención a las Adicciones Reconocidos por la CONADIC (Comisión Nacional contra las Adicciones)

Fuentes:

  1. El Financiero

  2. Organización Mundial de la Salud

  3. Organización Panamericana de la Salud


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