3 consejos para conseguir novia
Pregúntate, ¿cómo estás en tus relaciones personales?
Por Jonathan Martin Orosco Medina
Hace algunos años llegó un joven y se acercó a conversar conmigo. En nuestra plática él me compartía el anhelo de tener una compañera de vida. Este joven tenía un buen trabajo, acababa de terminar una maestría y estaba a punto de independizarse. Pero en medio de estas características que podrían ser favorables para cualquier persona, noté una pequeña inseguridad al responder temas acerca del por qué quería tener una novia.
Sin duda sé que este tema es muy importante para muchos jóvenes. Es más, para ser muy sincero, esta pregunta retumbó muchas veces en mi cabeza y sé que en la vida de muchos hombres pasa lo mismo. Tengo cinco años trabajando con jóvenes y en las consejerías personales este es un tema que siempre sale a la mesa.
Hoy en día las nuevas generaciones tienen un recelo e incredulidad por el compromiso, pero también hay muchos jóvenes que anhelan conocer y saber quién es la pareja que Dios tiene para ellos. Por ello me gustaría compartir las tres «P» como consejos, que me ayudaron en el proceso tan desconcertante de encontrar a mi pareja.
1. Participa en una comunidad
Tú, joven lector, me preguntarás, ¿esto qué tiene que ver con conseguir novia? Tiene muchísimo que ver, ya que pertenecer a un grupo de personas en el cual participes y convivas, te dará una identidad, te permitirá tener un grupo en donde puedas conocerte a ti mismo, descubrir tus errores, tus talentos y conocer a otras personas.
Tener un grupo cercano te ayudará a evaluarte como hombre y como individuo, te permitirá conocer parejas que son de testimonio y ejemplo. Incluso en muchos casos puede ser que en esa misma comunidad encuentres la pareja que tanto has buscado y pedido.
La comunidad es esencial para el crecimiento. Jesús dijo que el mandamiento más grande es amar a Dios y a tu prójimo (Marcos 12:37-40) y justo la segunda parte de este versículo tiene que ver con la preparación de tu vida y los que te rodean. El amar a las personas es un reflejo del amor de Dios que vivimos y experimentamos.
Pregúntate, ¿cómo estás en tus relaciones personales con tus padres, pastores, hermanos, amigos y vecinos? Una comunidad te ayudará a crecer en muchos ámbitos de tu vida, o mejor dicho, te preparará para amar a tu pareja de una manera entregada.
2. Prepárate para el matrimonio
Como ya lo mencioné, hoy en día las nuevas generaciones no quieren comprometerse y mucho menos piensan en el matrimonio. Pero el matrimonio es uno de las instituciones más importantes para Dios (Génesis 2:24), por lo tanto el noviazgo no es una prueba, no es examen piloto, ni un combo que pides en Burger King como comida rápida.
El noviazgo es un verdadero compromiso, el cual haces con una persona para pensar en el matrimonio. Con esto no quiero asustarte, porque si bien el noviazgo es una etapa increíble, divertida y romántica, también implica la responsabilidad de cuidar el corazón del otro y saber que si estás buscando novia es porque estás pensando en casarte (Efesios 5:25-26).
3. Prepárate para el futuro
No solo es prepararte en tu vocación, también se trata de tu futuro. Es necesario que conozcas cuál es el propósito en tu vida, qué es a lo que Dios te ha llamado y en lo que te quiere utilizar. Una novia no va llegar como por arte de magia y caída del cielo, sino mas bien Dios te dice: «¡Tú elige!»
La elección que hagas será correspondiente a tu madurez espiritual. Lamentablemente he conocido muchos noviazgos y matrimonios que viven infelices porque sus llamados eran totalmente distintos. Tus decisiones son fundamentales no solo en tu vida sino también en la vida de la persona que elijas como tu pareja (Eclesiastés 3 y 2a Timoteo 4:7-8).
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