Escoge bien a tu pareja
¿Cómo elegir a la persona con la que pasarás el resto de tu vida?
Por Norberto Alvarado López
Un mal noviazgo que a su vez lleva a una mala elección de pareja, puede terminar con un matrimonio. La principal duda de muchos jóvenes es si en realidad su actual novio o novia puede llegar a ser un excelente cónyuge, pero esto se debe a que no se conocen bien. ¿Cómo elegir? He aquí diez sugerencias:
Pensarlo detenidamente.
Procura no fijarte únicamente en el físico, sino en la forma de ser, ya que esa persona puede llegar a ser tu cónyuge y el padre o la madre de tus hijos.
Tener intereses y metas similares.
El triunfo de elegir a una persona compatible se remonta hasta la época bíblica, cuando Booz lo hizo con Rut; se enamoró de ella por su fidelidad; ya que al enterarse de la desgracia de su suegra Noemí, Rut no quiso abandonarla. No solamente se fijó Booz en una cara bonita, sino en su alma, tomando en cuenta los valores humanos de Rut.
Buscar que sea atractiva la persona del sexo opuesto es natural, pero que no sea solo por eso por lo que se escoja al cónyuge. Hay que tomar en cuenta sus cualidades como persona.
En Génesis, se narra que Jacob observó a Raquel y le parecía agradable y hermosa; él aceptó trabajar siete años por ella. El atractivo no debe ser por lo económico, porque puede llevar al fracaso.
Ser verdaderos creyentes.
Es primordial este aspecto, ya que si alguno no tiene bien cimentada su fe en Jesucristo será tropiezo para el otro.
Un caso así es el de Sansón y Dalila. La perdición de él fue enamorarse de una mujer de otra nacionalidad y religión, quien no lo amaba.
Otro es el de una joven llamada Leticia, quien se enamoró de un muchacho que no asistía a la Iglesia. Ella afirmaba que pronto él aceptaría a Jesús como su Salvador, pero al transcurrir los meses ella dejó de asistir al templo por causa de aquél y a lo mejor perdió la fe.
Analizar si la persona nos acerca o aleja de Dios.
En muchos casos el grado espiritual de uno de los dos no es el mismo del otro. Tal vez mientras uno prefiera consagrarse al servicio de Dios, el otro quiera «divertirse». Esto recuerda el pasaje bíblico que explica que la luz no tiene compatibilidad con las tinieblas.
Escuchar para conocernos mejor.
Sucede a menudo que no se conoce en realidad a la pareja porque no hay comunicación. Tan solo se busca a una persona por su apariencia hermosa y no por su forma de pensar o actuar.
Solucionar juntos los problemas.
Es necesario tomar en cuenta la opinión del cónyuge. El encerrarse en un círculo problemático sin buscar la ayuda u opinión de la pareja puede hacer que la situación parezca mayor de lo que es; juntos podrán tener más ideas para solucionar los conflictos y dificultades.
Aceptarse tal como son.
No se debe tratar de cambiar a la persona que se ama; si en realidad se le aprecia, se le acepta como es. El amor todo lo soporta, todo lo cree, no es jactancioso y no busca lo suyo, enseñó el apóstol Pablo.
Pasar tiempos agradables juntos.
Como ya se ha visto, muchos jóvenes buscan apariencia física; pero al observar que no son compatibles, que no tienen nada en común, su noviazgo se les hará rutinario, orillándolos a la ruptura. Si no es agradable estar con la pareja unas horas, mucho menos se soportará el matrimonio que es para el resto de su vida.
El noviazgo que termina feliz.
Toda relación que concluye con la boda es una más que termina feliz. Además, si se conocen bien, su relación será agradable y placentera.
Lo mejor de todo es que bajo la dirección de Dios, quien instituyó y bendijo el matrimonio, este durará hasta los últimos días de sus vidas.
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