¿La Semana Santa es para descansar?
No se trata solo de suspender labores
Por Karla Olivares
La Semana Santa, también llamada Semana de la Pasión, nos ofrece un espacio para reflexionar acerca del ministerio y la vida de Jesús.
En nuestro país, aun cuando los lugares de trabajo y escuelas no son cristianos, se acostumbra suspender labores.
Las personas aprovechan estas fechas y salen de la ciudad para pasar unos días de descanso. ¡Qué bien se siente no pararse temprano para ir al trabajo o escuela!
Para quienes hemos creído en el Señor Jesucristo, estos días se convierten en momentos de gozo y agradecimiento. Recordamos la última cena, la muerte y la resurrección del Salvador del mundo.
Lejos de ser una costumbre o tradición, la Semana Santa representa una conmemoración de la obra redentora de Cristo en nuestras vidas. Es una oportunidad para meditar en la Palabra de Dios, agradecer y aceptar el hermoso sacrificio que hizo Jesús por amor.
La muerte de nuestro Señor Jesucristo es un hecho histórico, real y trascendente. Representa un parteaguas en la historia de la redención, donde el velo del templo se rasgó y así nos permitió acercarnos nuevamente al Padre a través de Jesús.
El Hijo de Dios murió en la cruz del Calvario para liberarnos del pecado.
¡Qué maravilla sabernos redimidos por Cristo!
Entonces, ¿la Semana Santa es para descansar? Sí, pero no se trata de un descanso superficial al suspender labores. Más bien, es un descanso pleno, el cual está basado en sabernos amados y perdonados por Dios. Es una sensación gloriosa conocer el plan del Creador para reconciliarnos con Él a través de su Hijo amado y darnos nueva vida.
Acerquémonos a Jesús, quien murió por nuestros pecados y resucitó al tercer día, y recibiremos el descanso verdadero, completo y profundo que nos ofrece nuestro Salvador.
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